viernes, 25 de abril de 2008

Cuatro pequeñines

Pues resulta que tenemos a cuatro fierecillas buscando familia en la zona de Alicante. Aunque todavía son muy chiquitines, porque nacieron a principios de abril, creemos que ha llegado el momento de que empiecen a mostrar sus múltiples encantos al mundo. Aún no se distingue bien si son chicos o chicas, pero os dejamos algunas fotos de estos enanillos para que veáis al menos lo guapísimos que son.

¡Mirad qué ojitos! Están diciendo: "Llevadme a casa"...

Como veis, hay dos tigrecillos, uno gris y otro blanco y negro. Si alguien al verlos se ha enamorado y decide asumir la responsabilidad de compartir su vida con alguno de estos cachorros, que llame al teléfono de contacto. ¡Os aseguro que no se arrepentirá!

jueves, 24 de abril de 2008

Segundo piso

He de reconocer que gracias a la cámara de mi humano estoy redescubriendo mi mundo gatuno. Precisamente eso es lo que he pensado cuando me ha enseñado esta foto de una de las plataformas de mi rascador... Interesante perspectiva, ¿no?

martes, 22 de abril de 2008

Yo fui gato único...

Yo fui gato único hasta que un buen día de hace dos años, mis humanos salieron de casa y, horas más tarde, volvieron acompañados por una sorpresa dentro de un transportín. Un rápido primer vistazo me permitió adivinar que se trataba de una bolita suave, pequeña y blanca que no paraba de lloriquear porque echaba de menos a su mamá. Yo no daba crédito a mis orejas, ojos y nariz porque al principio no me dejaron acercarme, así que tuve que colarme en la habitación donde tenían al diminuto ser para poder reconocerlo de cerca. Nunca olvidaré nuestro primer encuentro cara a cara: ¡pensé que era un ratón, tan pequeño y con esa naricilla sonrosada! Pero no, no era un roedor. Un análisis de cerca me permitió confirmar que se trataba de un gatito chiquitín. Y hasta aquí llegó nuestro primer contacto, porque enseguida nos separaron para que yo me tranquilizara. ¡La verdad es que estaba impresionado! ¿Qué significaba este cambio? ¿Quién era ese cachorro desconocido? ¿Por qué había venido? Las dudas se arremolinaron en mi cabeza y no me dejaron dormir a pata suelta durante varios días en los que se sucedieron algunos encuentros fortuitos con el nuevo habitante de la casa.

Pronto me di cuenta de que a partir del momento en el que el extraño cruzó la puerta, había empezado a compartir con él las atenciones de mis humanos. Ya no era yo el protagonista de todas las aventuras, trastadas y monerías. ¡Me había salido un competidor! Además, mi pequeño contrincante empezó a controlar cada vez más cosas: se fue haciendo con mis cuencos para comer, con mis camitas, con mis juguetes y con los mejores rincones de mi cajón de arena. ¡Os aseguro que fueron tiempos duros! Pero debo reconocer que la presencia del recién llegado también tuvo su lado positivo. Enseguida comprendí que resultaba divertido verle pasear por el pasillo y jugar a las emboscadas, enseñarle cuáles eran los mejores sitios para echar una cabezada o demostrarle quién era el mejor cazador del ratón de peluche.

Cuando llegó era una cosa tan pequeña que mis humanos creyeron que era macho y le llamaron Neo... Poco después se descubrió que era una chica y le cambiaron el nombre por el de Noa. A mí ya me daba igual que fuese niño o niña, porque no había vuelta atrás: la desconcertante bolita blanca del primer día se había convertido en mi amiga. Desde ese primer encuentro de hace dos años, hemos estado siempre juntos. Y la verdad es que tengo que confesar que, a pesar de todo lo que en principio parecía malo, me alegro por ello.

jueves, 17 de abril de 2008

Rumbo y Noa mirando la luna

martes, 15 de abril de 2008

El que es guapo, es guapo...

¡Bueno, bueno, bueno! ¡Tengo unas noticias estupendas que alimentan de forma imparable mi ego gatuno! Resulta que hace tiempo presentamos unas fotos para participar en el I Concurso de Fotografía de la Asociación Protectora de Animales O Jatican de Vigo. Y cuál no sería la sorpresa de mi humana el viernes cuando escuchó a través de un mensaje en su móvil que Noa y yo ¡éramos los ganadores! Y esto de ser los protagonistas de la foto gatera más votada tiene su premio: un precioso rascador de dos pisos para hacer ejercicio y una cama muy confortable para descansar después de trepar por el árbol (Estos de O Jatican tienen buena vista para combinar los regalos...)

Lo único malo es que no podremos ir a recoger nuestro premio en persona, porque Vigo está muy lejos de casa. Pero me he enterado de que dan una fiesta el próximo domingo 20 de abril para celebrar su tercer aniversario y que habrá mercadillo, talleres, concursos y actuaciones. Así que permitidme animar a todos los que estéis cerca a asistir, porque colaboraréis con una buena causa, lo pasaréis genial y, de paso, disfrutaréis de mi fotogenia natural ¿Qué más se puede pedir?


Esperamos que con esta iniciativa los colaboradores de O Jatican consigan mucho apoyo para continuar con la labor que desempeñan y ojalá que todos los amigos que son cuidados y acogidos por esta asociación encuentren pronto ese hogar que merecen.

sábado, 12 de abril de 2008

Recuerdos

¿Qué haremos con esa manta
que ya no entibia tu cuerpo?
¿Qué haremos con la pelota
que ya no anuncia tu juego?
¿Qué haremos con esta almohada
que ya no peina tus sueños?
¿Qué haremos con los cristales
que hieren nuestros recuerdos?

Porque tú, compañero,
has iniciado este viaje,
sin esperar mi momento...

Aún permanece en mi alma
el perfume de tus sonrisas
y te aseguro que nada
lo borrará de mi vida...

Demos tiempo a este dolor
para que halle otro refugio...
Y mientras tanto, espérame.
Temprano o puede que tarde,
no lo dudes, te encontraré...

A Niebla...
Y a todos aquellos amigos que partieron para esperar...

jueves, 10 de abril de 2008

Rumbo contra el cepillo

¡Ya está aquí! ¡Ya ha llegado! ¿Dónde podré esconderme? ¡No quiero que me encuentre! Para los que no sepáis de qué hablo, me estoy refiriendo al cepillo, ese utensilio molesto donde los haya que utilizan mis humanos para someterme a tortura cada día desde el momento en el que se dan cuenta de que mis pelillos están empezando a caer... Todo es culpa del buen tiempo, que me obliga a desprenderme de mi abrigo invernal de último modelo para vestirme con un suave pelaje adaptado al calor del verano. Mi naturaleza gatuna me impone este cambio, pero lo del cepillado es un añadido que bien podríamos evitarnos (vamos, digo yo...) Si yo fuese un gato salvaje no habría cepillo que valiese, pero en casa, con la excusa de prevenir las bolas de pelo, ¡ale!, cepillo va y cepillo viene. Todavía cuando me peinan en la dirección correcta, es algo soportable, e incluso agradable por la zona de la cara y del cuello. Lo malo llega con el cepillado a contrapelo: ahí sí que pongo cara de pocos amigos y peleo y lucho para escapar de mis humanos, metamorfoseados momentáneamente en tiránicos torturadores!

Con este molesto gesto, mis humanos cuidan mi salud intestinal y, de paso, se ahorran una buena cantidad de pelos en su ropa y en sus cosas. He de decir que esto último tampoco me parece demasiado bien, porque, en mi modesta opinión, mis pelos, los de Noa o los de cualquier gato que conviva con vosotros, queridos lectores, deberían ser considerados como un tesoro, prueba evidente del amor que un gato siente por su humano y viceversa, porque para eso nos molestamos en distribuirlos concienzudamente allí donde más se ven (Ejem, ejem...) La realidad es bien diferente: vosotros consideráis los pelos sueltos un incordio... Pues yo considero el cepillado un castigo... Creo que no podríamos aproximar posiciones aunque nos propusieramos una sesuda negociación para resolver el caso, así que seguiré aguantando de vez en cuando el dichoso cepillo, pero ya me encargaré de marcar con mis pelos las prendas que dejéis a mi alcance. "Quid pro quo", amigos, una cosa por otra... Así, al menos, lograremos cierto equilibrio...

Para terminar debo añadir que esta postura de resistencia gatuna frente al cepillo es una actitud mía y de algunos otros, pero nada generalizado entre los gatos del mundo. Y es que hay muchos a los que, que les peinen y les repeinen, les encanta y se pasarían horas y horas sometidos a interminables sesiones de cuidado capilar... ¡Allá ellos! Yo voy a esconderme por ahí, no vaya a ser que me encuentren y me gane un cepillado intensivo por haber abierto la boca...

viernes, 4 de abril de 2008

¡A la rica oreja de Noa!

Debe ser cosa de la primavera, pero el caso es que con las buenas temperaturas, con el solecito en la terraza y con la llegada de las flores, me entra un no se qué que me trastorna de los pies a la cabeza. Estoy más soñador, más cantarín, más juguetón... ¡Creo que es el renacer después del invierno!

Lo malo es que esta energía extra que me embarga provoca algún que otro estrago en casa... Cojines que no duran en su sitio ni un minuto, plantas mordisqueadas por doquier... No son más que "travesurillas gatunas", como dice mi humana mientras recoloca los almohadones o trata de recomponer las macetas destrozadas. El problema llega cuando me da por jugar a la lucha con Noa y me emociono más de la cuenta. Mordisquito aquí, mordisquillo allá, se aprieta un poco más de la cuenta y ¡Zas!, ya la tenemos liada. Y es que lo que más me gusta es roerle las orejas: ¡tan tiernas, tan suaves, tan jugosas! A ella no le importa demasiado, pero a mis humanos no les hace ni pizca de gracia que el resultado de nuestras batallas sea el paso de la magullada Noíta por la enfermería gatuna de casa. Debo confesar que alguna pupa le he hecho (pero que conste que sin intención ni maldad de por medio) Y como la chiquitaja es blanca pues la sangre llama la atención enseguida: ¡será chivata! ¡Bah! Son unos exagerados. Total, si no es tan grave: cuando llegue a hacerle un agujero de verdad, con taparlo con un bonito piercing o con un par de pendientes, ¡asunto resuelto! (Ejem, ejem...)

miércoles, 2 de abril de 2008

Siete veces gato

Creo que para estrenar esta sección no podemos elegir nada mejor que un libro, pues la literatura puede ser (y, de hecho, creo que es) un producto de lo más interesante. La obra que os vamos a presentar en esta ocasión se titula Siete veces gato. En ella se narran las aventuras de Bigote de Luna, un precioso gato negro con un bigote blanco que a lo largo de sus siete vidas recorre siglos de Historia y comparte su existencia con diferentes humanos, pasando por el Egipto de los faraones, por las tierras de los etruscos, por la Edad Media o por la Rusia de los zares. Siete vidas dan para vivir muchas experiencias, unas mejores y otras peores, convirtiéndose nuestro protagonista en un guía de excepción que acompaña al lector a lo largo de cada una de las páginas.

La autora, Domenica Luciani, es una escritora italiana de libros para niños y jóvenes que demuestra con esta obra su amor por los gatos, especialmente por los que son de color negro (a los que parece ser que adora)

Se trata de una lectura altamente recomendable para humanos y gatos de cualquier edad, a pesar de que, en principio, está orientada hacia un público infantil (pero ya se sabe que eso de la juventud no depende de los años, sino del espíritu de cada uno) Sin duda, Siete veces gato es una obra amena y sencilla, sin honduras innecesarias pero lo suficientemente interesante para enganchar a jovenzuelos y a adultos de toda condición. Os dejo los datos del libro, para aquellos a los que os pueda apetecer conseguirlo.

Domenica Luciani, Siete veces gato, Ediciones Salamandra, Barcelona, 2005, 157 pág.
Por cierto, no debéis dejar de admirar las ilustraciones de Cristina Rinaldi que acompañan al texto, pues constituyen un detalle que enriquece sin duda esta maravillosa historia.

El rincón de Noa

Queridos lectores, por fin, después de mucho insistir, he conseguido mi rinconcito en este blog (¡de ahí el nombre de esta sección!)Mi intención al crearla carece del contenido cuasi filosófico que impulsó a Rumbo a fundar La Gatera. La finalidad que persigo, sencillamente, es la de analizar y recomendar productos, objetos y utensilios relacionados de alguna manera con el mundo felino. Espero de todo corazón que la información que os proporcione os resulte interesante e incluso os sea de alguna utilidad. Y sin más preámbulos, pasemos a la primera recomendación del blog.

Nueva sección en abril

Pues con el nuevo mes llegan también novedades a nuestro blog. Resulta que la chiquitaja de Noa me ha dicho que le gustaría ser la encargada y autora de alguna sección y, como es tan pesada y me pone ojitos, al final no he podido seguir negándome. "Alea iacta est!" (vamos, que la suerte está echada) No respondo de lo que ella cuente ni de su calidad literaria, que eso es cosa suya: estoy segurísimo de que no puede estar a mi altura, pero las cosas son así. Sencillamente espero que no os aburra demasiado, queridos lectores (Ejem, ejem...)

martes, 1 de abril de 2008

¿Cachorro o adulto? Encuesta de abril

Dicen los humanos que "En abril, aguas mil". Pero en el caso de nuestro blog lo que toca con la llegada del nuevo mes es una nueva encuesta. En esta ocasión lo que pretendemos descubrir es a qué edad llegaron vuestros gatos a vuestras vidas. Para simplificar un poco, sencillamente vamos a diferenciar entre cachorros o adultos, entendiendo cachorros hasta el año de edad, aproximadamente. Como en ocasiones anteriores, podréis elegir varias opciones para aquellos casos en los que en casa haya más de un gato. Y sin más, ¡os invitamos a votar y a enviarnos vuestros comentarios y aclaraciones!

Resultados de marzo

La encuesta de marzo ¿Qué tipo de pelo tiene tu gato? ha venido a demostrar que los gatos de pelo corto con acceso a internet y a este blog somos más numerosos que los gatos de pelo largo, que sólo han cosechado 3 votos frente a los 22 recogidos por el primer grupo. Los gatos sin pelo (tipo Sphinx) han quedado sin representación, siendo esto una posible prueba de su escasa frecuencia como gato doméstico (O de que, sencillamente, no les gusta mi blog) En cuanto a los indeterminados, tampoco ha aparecido ningún representante: parece que con un tipo de pelo u otro, los gatos somos bastante clásicos, dejando de lado moldeados, rastas y ese tipo de cosas.

Recopilemos sin más los datos obtenidos gracias a vuestra participación:
  • Pelo corto: 22 votos, suponiendo un 88% del total.
  • Pelo largo: 3 votos, es decir, un 12%.
  • No tiene pelo: 0 votos y 0%.
  • Indeterminados (para aquellos cuyos pelos son algo inclasificable): 0 votos y 0%.

Es evidente que los de pelo corto se llevan, en esta ocasión (y nunca mejor dicho), el gato al agua. Los motivos pueden ser diversos, pero en mi modesta opinión de gato creo que el elevado número de razas con pelajes cortos ayuda bastante, más si tenemos en cuenta la aparente dificultad de cuidado de las melenas de los gatos de pelo largo y el difícil acceso a los gatos sin pelo... En fin, como siempre digo, ¡en la variedad está el gusto!

Para terminar, permitidme dar las gracias a los que habéis participado con vuestros votos y opiniones porque sin vuestra colaboración, esta sección no sería posible!

----------