viernes, 15 de mayo de 2009

Camadas

Hace unas semanas, colgamos en nuestra Gatera una graciosa imagen inspirada en la maternidad felina y lo cierto es que las gatas son unas madres excelentes. Desde el momento del parto, cuidan y defienden a su camada con desvelo y pasión, jugándose incluso su propia vida por defender la de sus vástagos, que, día a día, se irán convirtiendo en los indiscutibles protagonistas de logros maravillosos, como abrir los ojos o dar sus primeros y titubeantes pasos... La relación con una mamá gata y su prole es, sin duda, algo digno de ser disfrutado. Y así lo sería si viviéramos en un mundo ideal; pero en un mundo como en el nuestro, en el que sólo durante el año pasado se abandonaron cerca de 24.000 gatos, no hay lugar más que para la búsqueda de soluciones a un problema que crece y crece con cada nacimiento.

Aunque los gatitos nacen a lo largo de todo el año, es en la primavera cuando las camadas se multiplican. Muchos de estos bebés vienen al mundo en el seno de colonias callejeras, siendo el fruto de los escandalosos amoríos propios de los felinos. Las duras calles son, normalmente, el único horizonte de estos gatitos y, en estas condiciones, la mayoría no llegará a superar el primer año de edad, amenazados de forma constante por peligros tan variados como numerosos (coches, enfermedades, frío, lluvia, venenos, humanos desaprensivos,...) Aún así, algunos de estos pequeños lograrán alcanzar la edad adulta, protagonizando sus propias pasiones de tejado y repitiendo, una y otra vez, un comportamiento impuesto por su instinto que perpetúa el ciclo de la vida en nuestros pueblos y ciudades.

Harina de otro costal son los gatos domésticos. Y es que algunas camadas no son más que el resultado de errores y accidentes: nos referimos a la vieja historia de la gata joven que se escapa antes de ser esterilizada y vuelve preñada, la del macho precoz que comparte casa con gatas enteras (es decir, sin castrar) o la de la gata que entra a formar parte de nuestras vidas cuando ya trae gatitos en camino. En estos casos, unos humanos responsables intentarán buscar un hogar digno y seguro para los pequeños que ya vienen y tomarán, en cuanto sea posible, las medidas pertinentes para evitar que este tipo de sorpresas vuelvan a producirse, siendo el paso por el quirófano de gatos y gatas la opción más sensata.

Pero existe otro grupo de gatitos que vienen al mundo en respuesta a la irresponsabilidad de aquellas personas que consideran que esterilizar a sus gatos es algo cruel o que la maternidad gatuna es necesaria para prevenir la locura de la gata u otro tipo de trastornos. ¡Y esto no son más que paparruchas! Eso sí, muchos de estos humanos tan mal informados y tan sensibilizados con la integridad física y mental de sus felinos no tienen luego miramientos a la hora de quitarse de encima a los pequeños gatitos regalándolos o vendiéndolos al primero que pasa, cogiendo la camada al completo y tirándola, literalmente, al contenedor de la basura o acabando con la vida de los bebés a golpes antes de que hayan podido exhalar la primera bocanada de aire de sus recién estrenados pulmones. Permitidme que me quite el sombrero ante una forma de actuar tan responsable y sensible (y espero que se note bien la ironía, el desprecio y la rabia contenida que eriza cada una de las vibrisas de mi pelaje ante gentuza de esta calaña)

El caso es que el resultado de las pasiones callejeras, de los accidentes y errores o de la irresponsabilidad injustificable no es otro que mucho sufrimiento y montones de gatitos que buscan hogar. Imaginad que una gata puede tener unos 6 celos al año. Si en cada parto tiene 5 ó 6 gatitos, el resultado serían entre 30 y 36 gatitos al año, entre 150 y 180 en cinco años... A su vez, muchos de los gatitos llegarían a su edad fértil y tendrían sus propias camadas. Y, de esta manera, nos encontraríamos ante una colonia con miles de gatos y gatitos en muy poco tiempo. La solución no es otra que la esterilización o castración, en pos de nuestro bienestar, queridos gatos y gatas, y del de nuestros humanos, que nos ahorrarán (y se ahorrarán) problemas como los periodos de maullidos desesperados, el temido marcaje, las fugas amatorias, las cruentas peleas entre machos, los embarazos no deseados e, incluso, ciertas enfermedades del aparato reproductor, consiguiendo evitar de esta manera la periódica avalancha de gatitos que contribuyen a acrecentar temas como el de la superpoblación felina y el del abandono. Tengamos en cuenta, queridos lectores, que, lamentablemente y en la mayoría de las ocasiones, estos bebés no nacen más que para sufrir y padecer, marchándose de este mundo de manera silenciosa pero dejando tras de sí una estela de dolor y pena entre todos aquellos que somos conscientes de que este problema existe.

Para terminar, permitidme que os indique que la foto que acompaña a mis palabras es la de Potos, uno de tantos gatitos maravillosos que, junto a su hermana Aíta, espera en el albergue de Asoka una oportunidad y una familia con la que pueda ser feliz. Y dejadme que, de paso, dedique esta entrada a mi tía Chiqui, la última valiente que pasó por el quirófano a principios de abril, sumándose de esta manera al cada vez más numeroso grupo de gatos domésticos y callejeros esterilizados gracias a la sensatez de unos humanos preocupados por el bienestar de sus compañeros felinos.

Por si queréis saber más sobre el tema, os dejamos algunos de los artículos con los que nos hemos documentado.

NOTA: La esterilización o castración es una práctica recomendable al 100% también entre perros, conejos o hurones, evitándose con esta intervención el mismo tipo de problemas que acabamos de describir entre los gatos. Pero, ante cualquier duda, os aconsejamos que consultéis a vuestro veterinario.

2 comentarios:

  1. Hola!
    desde luego las gatas son unas madrazas, he aprendido de mirar a la mia, fué tan agradable esa sensación de libertad y cobijo que le brindó a sus tres camadas, que decidí que quería que "Nena" me adoptara como su hija humana. Después al veterniario y listo! Ella su esposo y sus gemelos ya estan esterilizados. Creo que además de brindarles paz a ellos mismos, pues a mi me parece que "sufen" el celo, ayudamos a que no haya sobrepoblación y sufran mas tarde.LLegó un momento en que todas mis amistades ya tenian gatos y ahora la que sufría era yo por colocarlos en hogares donde fueran atendidos con amor y respeto.
    Bueno, esto es un asunto que hay que tomar con formalidad. Me gustó este post por que ayuda a crear conciencia.
    Un ronroneo amistoso para todos.
    Ro

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  2. Menudo post... Pero lo hemos leído enterito y estamos totalmente de acuerdo contigo Rumbo.

    Ronroneos.

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Maullidos, ronroneos e incluso bufidos. ¡Este es el lugar adecuado!

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