En el último día de febrero de este año bisiesto os traemos a nuestra Gatera a un gato urbano que localizaron nuestros humanos hace unos días en las persianas de un centro veterinario de Villajoyosa, afamado pueblo costero de la provincia de Alicante.
Evidentemente alargado a causa quizá de las limitaciones propias de la forma de la puerta, parece que el pobre gato de ojos verdes y pelaje azul se encuentra constreñido en sus circunstancias, llegando a transmitir al espectador cierta sensación de opresión y de agobio si nos fijamos durante un rato en la encorsetada pose de este felino. Su apretujada imagen contrasta con la del pequeño yorkshire que decora la persiana contigua, el cual disfruta, en virtud del espacio que ocupa, de una postura relajada y aparentemente mucho más cómoda que la del pobre felino azul.
Pero más allá de sensaciones y poses, lo cierto es que ambos ejemplares, tanto el felino como el can, forman parte de ese conjunto de arte al aire libre que decora con gracia las persianas de cada vez más comercios y negocios, convirtiendo nuestras ciudades en auténticas pinacotecas urbanas aunque, eso sí, siempre fuera de horario comercial. Y sólo por eso, tanto el uno como el otro merecen un lugar en la sección más artística de nuestro blog. ¿O no?
Editamos esta entrada a 11 de septiembre de 2012 porque gracias a un comentario hecho hoy mismo por Tomstat, autor de esta obra, sabemos que fue pintada en el año 2001 o 2002, quedando así aclaradas tanto la autoría como la datación. ¡Gracias por la información!
Evidentemente alargado a causa quizá de las limitaciones propias de la forma de la puerta, parece que el pobre gato de ojos verdes y pelaje azul se encuentra constreñido en sus circunstancias, llegando a transmitir al espectador cierta sensación de opresión y de agobio si nos fijamos durante un rato en la encorsetada pose de este felino. Su apretujada imagen contrasta con la del pequeño yorkshire que decora la persiana contigua, el cual disfruta, en virtud del espacio que ocupa, de una postura relajada y aparentemente mucho más cómoda que la del pobre felino azul.
Pero más allá de sensaciones y poses, lo cierto es que ambos ejemplares, tanto el felino como el can, forman parte de ese conjunto de arte al aire libre que decora con gracia las persianas de cada vez más comercios y negocios, convirtiendo nuestras ciudades en auténticas pinacotecas urbanas aunque, eso sí, siempre fuera de horario comercial. Y sólo por eso, tanto el uno como el otro merecen un lugar en la sección más artística de nuestro blog. ¿O no?
Editamos esta entrada a 11 de septiembre de 2012 porque gracias a un comentario hecho hoy mismo por Tomstat, autor de esta obra, sabemos que fue pintada en el año 2001 o 2002, quedando así aclaradas tanto la autoría como la datación. ¡Gracias por la información!