jueves, 7 de agosto de 2014

¿De verdad has destrozado los muebles? Encuesta de agosto...

Noa durante la paticura...
Hoy volvemos a la carga con nuestras encuestas de La Gatera, dispuestos y con ganas de desterrar (o por lo menos de ajustar a sus proporciones reales) un mito en nuestra opinión injustamente engrandecido que convierte a los gatos en criaturas non gratas en más de un hogar de este planeta. Y no hablamos de la mala suerte que traemos si tenemos el pelo negro, ni de nuestra capacidad para robar almas de bebés, ni de nuestro gusto por las compañías brujeriles de dudosa calaña (que de esto ya nos ocuparemos en otra ocasión...) De lo que queremos hablar es de nuestra insaciable afición a la destrucción del mobiliario familiar, porque ¿quién no ha escuchado decir que los gatos acabamos cual termitas con los muebles? Convertimos en tiras los sofás, reducimos a serrín las patas de las sillas, arrancamos las tablas del parqué, transformamos resistentes lejas en mondadientes,... Y todo por culpa de nuestras uñas y la manía que tenemos de afilárnoslas en cualquier parte. Pero, ¿es realmente eso de afilar una manía? Pues no: se trata de una necesidad de los felinos, como parte de nuestras rutinas de cuidado de las uñas y como medio de comunicación y marcaje y quien adopta un gato debería como poco saber esto, que tenemos uñitas y eso no es ningún secreto. Además, la manera más sencilla de evitar daños en los enseres domésticos es mantener una paticura correcta y proporcionarnos rascadores adecuados (que en el mercado hay cantidad de modelos y de algunos ya os hemos hablado en alguna ocasión)

Lo cierto es que, tras diez años viviendo en nuestro piso, las bajas en muebles por culpa felina han sido mínimas y mayoritariamente accidentales: algún arañazo al caernos o derrapar y algún enganchón en la tapicería por correr, pero poco más. Y, tras el reducido recuento, que incluye los marcos gatuneados de un par de puertas a causa de una temporada que a Noa le dio por jugar a la cucaña, queríamos saber si es que somos raros o si va a resultar que los gatos no somos tan destructivos como nos pintan las malas lenguas... Y de ahí, nuestra pregunta de este mes: ¿De verdad has destrozado los muebles? Y las respuestas entre las que podréis elegir las vuestras tras sopesar vuestros casos son las siguientes:

- Sí, a pesar del rascador, si vuestros humanos os consideran responsables intencionados de la destrucción de buena parte del mobiliario doméstico a pesar de tener rascador...
- Sí, pero no tengo rascador..., para aquellos que os hayáis buscado la vida en casa porque vuestros humanos no os han proporcionado un lugar en el que rascar.
- ¡Para nada!, cuando, como en nuestro caso, hayáis respetado más o menos los enseres de vuestro hogar, que siempre hay daños colaterales e involuntarios.
- Mejor comento y me explico... Para los que prefiráis dejarnos un comentario para aclarar vuestra postura al respecto :)

Dicho esto, parece que la cosa va quedando más o menos clara y es hora de cederos la palabra y el cuestionario (disponible hasta final de agosto) para que compartáis con todos nosotros vuestras experiencias destructivas. Y como siempre os decimos, queridos lectores, ánimo, a participar y a comentar, que cuantos más seamos, más interesantes y completos serán los resultados, en esta ocasión sobre todo para el colectivo de vendedores de muebles y afines que seguro que nos estarán vigilando... Así que ¿qué os parece si nos ponemos a ello y arañamos unos cuantos votos? ¡Miau!


El tema de los arañazos a muebles y enseres domésticos no es algo baladí pues está directamente relacionado con una opción quirúrgica terrible que los gateros debemos luchar por erradicar: nos referimos a la terrible desungulación a la que algunos humanos por desconocimiento o falta de empatía someten a sus gatos. Un buen día descubren sus uñas les estorban y deciden quitárselas... Menos mal que el anteproyecto de ley de tenencia responsable de perros y gatos que presentó el Gobierno hace más o menos un mes contempla prohibir definitivamente esta mutilación. (Los textos enlazados son de Melisa Tuya, el primero sobre la extirpación de las uñas y el segundo sobre la futura ley de tenencia de animales: leedlos porque merecen la pena) Pero sea como sea, en esto de los arañazos y los gatos, recordad siempre una cosa: si te preocupan más tus muebles que tu gato, no tengas gato y evita sufrimiento.

Los gatos tienen uñas y así debe ser: no a la extirpación quirúrgica de las mismas...

14 comentarios:

  1. Hola gatera buenos días!!!!!! Nosotros no le rompemos nada a la mami, Stevie usa el rascador siempre, Ramsés y fede vamos por ahí a nuestro aire pero no rompemos nada, mami está muy contenta. Aunque hace años nuestro hermano Valenti, que está en el cielo se las tuvo con un sofá de polipiel que nos regaló nuestra abuela!!!!!!
    Ronroneos gatunos!!!!!

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    1. Es que los sofás de polipiel son casi irresistibles... ;)

      Ahora, en serio: romper algo a veces es inevitable, pero los humanos también lo hacen, no nos vayamos a pensar, que las casas que son para vivirlas es lo que tienen. Nuestra humana, por ejemplo, estropeó nuestro sofá amarillo sentándose con unos vaqueros oscuros que se destiñeron y nadie se planteó tirarla a la calle (ni al pantalón tampoco) ¡Cosas que ocurren! Pero bueno...

      ¡Gracias por pasar, Lídia, y ronroneos a tus tres fieras!

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  2. Mejor comento y me explico...

    Totalmente de acuerdo que si alguien pone sus enseres encima del gato, mejor no lo tenga.

    Dicho esto, si - mis primeros gatos "redecoraron" mi sofá de polipiel de entonces, pero ahora tengo una a prueba de rasguños. Los dependientes me tienen que haber dado por loca porque "probaba" todos los sofás con las uñas... Y tenemos oportunidades "aptas para rascar" por toda la casa, pero eso ya teníamos también antes... Ah, y mi primera gata cuando pequeña practicaba la "escalada" en las cortinas, que se quedaron años después que ella hubiera cruzado el arco iris (volvemos a la 1ª frase).

    Y luego tengo constancia de gente que después de los primeros años de sus niños tuvieron que cambiar el mobiliario, y allí nadie se rasga las vestiduras.

    Por unos gatos muy gatunos, con uñas y todo! Feliz Día del Gato, los 365 días del año!!!

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    1. Supongo que tienes razón, Mi Miga, y en parte todo depende de la actitud, la cual podría quedar resumida en tu primera frase: si pones tus muebles y posesiones por encima de un gato, pues no lo tengas y evita sufrimientos. Además, ¿qué importan unos muebles frente al amor y la compañía de un felino doméstico? Pero claro, aquí casi todos somos catlovers y tendemos a pensar en gatuno. Igual, en la redacción de la revista "El mueble" tienen una opinión bien distinta... en fin...

      ¡Ronroneos y gracias por compartir tus cortinas enganchadas y tu sofá de polipiel (y volvemos a la polipiel, que es que es irresistible...)!

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  3. Lo único que me han estropeado son las tapicerias de las sillas y los lados del sofá, pero claro yo tengo cinco y casi siempre un par de invitados más. Creo que en general se exagera mucho con el tema, por ejemplo, un cachorro de perro hasta que está educado puede causar mucho más destrozo.

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    1. En casa también pensamos que con este tema se exagera y que hay mucha leyenda negra en torno a los destrozos en una casa con gatos: nosotros somo tres y hemos roto alguna cosilla, pero lo normal (una jarra, alguna maceta,...) eso sí, sin llegar a límites nivel Atila, rey de los hunos. Es más, yo diría que nuestros humanos han roto más cosas en casa que el colectivo felino, pero unos cardan la lana y ya se sabe lo que pasa con la fama... Ejem, ejem...

      ¡Ronroneos, Kira! Y gracias por compartir esas tapicerías gatunizadas ;)

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    2. Una frase genial "Si te preocupan más tus muebles que tu gato... no tengas gato". Todo es muy sencillo. Me encantó el artículo. Con unos buenos rascadores en casa, asunto arreglado y la paticura, siempre que puedas, imprescindible, sobre todo cuando el gato tío te quiere acariciar...ellos no entienden de piel sin pelo, te tratan como un felino más ;-)

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    3. Obviamente, Cristina, ofrecer a nuestros gatos aquello que necesitan para ser ellos mismos es lo lógico y evitaría a la larga más de un disgusto. La pena es que mucha gente se lanza a poner un gato en su vida sin haberse preocupado de conocer un poco más la manera de ser del aniamal que traen a casa (y luego pasa lo que pasa...) Hartitos estamos de explicar que un gato no es un perro pequeño, pero en fin...

      ¡Ronroneos, rascadores y paticura! ¡Miau!

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  4. Los míos tienen rascadores y luego también rascan el sofa y las alfombras. Pero a mí me da igual, ni les regaño ni les digo nada. Ellos son parte de la familia y yo ya sabía que tener gato (o gatos) era pelos por todas partes aunque te pases el día limpiando y cepillándolos, y afilamiento de uñas tanto en reascadores como en sofás. Qué quieres que te diga, les quiero con el pack completo ;3 También tengo la casa llena de cajas de cartón y camas gatunescas porque las adoran :) Yo a la gente que viene a casa de visita ya se lo tengo dicho, si te molestan mis gatos, nos tomamos un café fuera sin problema, pero la casa está adecuada a que ellos (y mi marido y yo con ellos) seamos todos felices.

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    1. Sin duda, Maggie, la felicidad la traen los pequeños detalles y la actitud que adoptamos ante ellos y estamos seguros que en tu casa se respira un ambiente de lo más felino y agradable a pesar de pequeños arañazos o cajas de cartón en el salón. Nosotros compartimos tu postura, porque ¿qué son unos pelos de gato en comparación con que te despierten unos ronroneos matutinos? Los disgustos, por cosas importantes y en su justa medida :)

      Saludetes, familia, y gracias por compartir experiencias, sofá y alfombras ;)

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  5. Dina vota: Sí, pero no tengo rascador. Aunque como dices tampoco es para tanto, unos hilos sueltos en las esquinas del sofá, una persiana del balcón a la que le falta bastante pintura, unas butacas de mimbre que... de esas mejor no hablemos jaja
    Por suerte ahora prefiere rascar una alfombrilla de goma, que en esa no importa que haga estragos.
    Ronroneos a todos!!!

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    1. ¿Mimbre? ¿Quién dijo mimbre? ¡Si es que eso nos tienta a arañar hasta a nosotros con sólo escucharlo nombrar! No nos extraña que Dina no se pueda resistir... En cuanto a las alfombras, son una buena alternativa a un rascador (que a muchos gatetes nos encanta rascar en superficies horizontales) Si Dina y tú habéis llegado a un acuerdo sobre ellas, mejor que mejor ;)

      ¡Ronroneos y gracias por compartir esa persiana y los hilitos del sofá...!

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  6. En casa tenemos rascadores de todos los tipos, colores y tamaños. Aún así, los laterales del sofá están que dan penita... Es lo que tiene la familia numerosa, aunque los sofás me importan un pepino porque mis fieras me lo compensan cada día :)

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    1. Si es lo que nosotros decimos, Gema: la actitud es la que cuenta y no los arañazos en los muebles.

      ¡Mil gracias por compartir tu sofá hecho una pena y el pepino que te importa el destrozo! ¡Ronroneos!

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Maullidos, ronroneos e incluso bufidos. ¡Este es el lugar adecuado!

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